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Palabras clave:Montaña, Pirineos, Pyrenées, Aragón, Ascension, España, Hoya de Huesca, Huesca, Riglos, Vuelta a los Mallos de Riglos, con subida a los mallos Visera, Melchor Frechín y contiguo a Cuchillo, Otoño, Mallos de Riglos, Reino de los Mallos, Formato vertical, Mallo Cuchillo, Mallo Melchor Frechín, Mallo Pisón, Peña Ruaba, Peña Rueba, Cuenca del Río Gállego, Cenozoico, Eoceno, Mioceno, Rocas sedimentarias, Rocas detríticas, Conglomerado, Zona Subpirenaica Meridional, Sierras Exteriores
Info de foto

Dimensiones672 x 1016
Tamaño de archivo original304 KB
Tipo de imagenJPEG
Espacio colorimétricosRGB
Fecha de foto6-Dec-15 09:13
Fecha de modificación25-Dec-15 20:26
Condiciones de sesión

Marca de la cámaraNIKON CORPORATION
Modelo de la cámaraNIKON D7100
Distancia focal17 mm
Distancia focal (35mm)25 mm
Abertura de objetivo máximaf/2.8
Exposición1/50 a f/8
FlashSin flash, en modo obligatorio
Corrección de exposición0 EV
Modo de exposiciónManual
Prog. de exposiciónManual
Velocidad ISOISO 100
Modo de medidaSpot
Zoom digital1x
Los Mallos de Riglos apuntando a Peña Rueba

Los Mallos de Riglos apuntando a Peña Rueba

La luz empieza a bañar los Mallos de Riglos que vistos desde la Visera son Melchor Frechín, Cuchillo y Pisón con la Peña Rueba al fondo. El origen del conglomerado de estos mallos procede de la erosión fluvial a la que tras el Eoceno fueron sometidas las recientes montañas Pirenaicas, grandes ríos arrastraron bloques, gravas y arenas a los pies de las Sierras Exteriores. Bloques y gravas se depositaron primero y debido a la precipitación del carbonato cálcico contenido en las aguas subterráneas las gravas fueron soldándose hasta formar el conglomerado que constituye los mallos. Los materiales más pequeños y blandos se fueron depositando alrededor, especialmente al Sur de estas masas de conglomerado hasta dejar los futuros mallos casi enterrados. Cuando el río Ebro empezó a abrirse paso al mar sirvió de transporte a todos estos materiales blandos que la acción erosiva del agua iba arrancando aunque el ya consolidado conglomerado consiguió resistir la fuerza del agua surgiendo los 300 m. de mallos que hoy conocemos. Estos conglomerados también fueron afectados por los empujes pirenaicos que abrieron en ellos redes de fracturas verticales por las que literalmente se rompieron y erosionaron formando los mallos individualizados que hoy conocemos.