El rascacielos londinense 20 Fenchurch Street, también llamado el "walkie Talkie" mide 160 metros de altura que incluyen en su azotea un solarium con jardín y restaurante. Su construcción ha levantado polémicas acerca de su diseño, estéticamente se puede estar de acuerdo o no pero si se piensa en la cantidad de recursos empleados se podría llegar a la conclusión de que es una monstruosidad. Desafiando a la física el edificio se va hinchando conforme gana altura lo que sugiere la cantidad de material que ha debido usarse para compensar estas fuerzas desequilibaradoras. En un mundo de recursos limitados donde mucha gente no dispone siquiera de una vivienda digna esta afán del a ver "quien la hace más gorda" respaldado por gandes egos y ambiciones económicas está fuera de lugar. Pero yendo a cuestiones prácticas el principal problema de este diseño es la cantidad de energía térmica que la forma parabólca de su enorme fachada sur refleja contra el suelo aumentando su temperatura hasta 20 º. Este calor reflejado permite en verano freir huevos en alguna calle adyacente por lo que también se le conoce como el "fryscraper"